Nuestros hogares reflejan nuestras personalidades, singularidades, vivencias y sueños. Son símbolos de quienes somos y el refugio de nuestra intimidad. Sentirse bien en nuestro propio espacio es esencial para la felicidad. Muchas personas no se sienten cómodas en casa, luchan por identificarse con su hogar o incluso se sienten oprimidas, y este sentimiento suele durar años. Fue en este contexto que nació, en primer lugar, el arte de la decoración, seguido más tarde por filosofías más específicas y orientadas, como el Feng Shui. Hoy en día, el avance de tecnologías cada vez más sofisticadas nos ofrece perspectivas revolucionarias en el campo de la arquitectura de interiores. Gracias a los avances en renderizado 3D, ahora podemos crear entornos virtuales que capturan cada detalle. Es posible realizar visuales fotorrealistas de espacios presentes y futuros, permitiendo que las personas se proyecten, evalúen y tomen decisiones con herramientas que van más allá de los simples bocetos o de la visualización mental. De esta forma, cualquiera puede visualizar el potencial de un espacio antes de su transformación, en un marco fiel a sus necesidades y gustos.